sábado, 4 de diciembre de 2010

Noticia 2

Se consideran árboles singulares aquellos que destacan por su tamaño, edad, belleza, situación, rareza, historia, valor cultural o cualquier otra circunstancia que los haga peculiares.  Se trata, por tanto, de monumentos vivos que es necesario proteger con especial atención.
En los últimos años, las diferentes administraciones han empezado a mostrar interés por catalogar y proteger estos árboles habiéndose evitado la desaparición de muchos de ellos. Sin embargo, existe un notable número que no han sido catalogados y, por lo tanto, protegidos pero que son de enorme interés para la localidad o comarca en la que se encuentran. De manera frecuente se trata de ejemplares susceptibles de ser atacados por alguna plaga debido a su edad avanzada o que viven bajo la amenaza de ser talados, bien por desconocimiento, o debido a la presión urbanística y al desarrollo mal entendido.
Una labor fundamental de todo pastor de árboles será la vigilancia de estos ejemplares para contribuir a su conservación. Entre las acciones a llevar a cabo se encuentran la de informar a las autoridades competentes de la detección de enfermedades que pueden afectar a su supervivencia, la denuncia de posibles amenazas o la solicitud de su inclusión en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad Autónoma en la que se encuentren.

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