jueves, 18 de noviembre de 2010

Cuento


ÉUFRATES, EL GATO AMARILLO LIMÓN

Éufrates era muy feliz.
Ser el gato de doña Margarita era fantástico.
Podía dormir en su cojín durante toda la mañana, perseguir mariposas despistadas después de la merienda...
Y jugar a mirarse al espejo antes de cenar.
Éufrates era un precioso gato de color amarillo limón.
A doña Margarita le encantaba peinarle, y no paraba de decirle cosas como: - ¿quién te quiere a ti, gatito bonito?
Sí vivir con doña Margarita era estupendo, ¡y muy divertido!
Lo que más le gustaba a Éufrates era cuando doña Margarita volvía a casa con la compra de cada día...
¡Siempre le traía alguna cosa rica para comer!
Por la tarde, los dos salían al jardín.
Mientras doña Margarita regaba las flores,Éufrates comprobaba si había llegado algún bichito nuevo durante la mañana...
¡Huy, si, había uno! Pero... ¡qué raro era!
¿Sería una cucarachita vestida de lunares?
Un día, al volver del mercado, doña margarita trajo una cosa nueva.
Además del pan, la leche y la comida rica para Éufrates en la bolsa había unas boleas muy grandes y de colorines.
Éufrates enseguida quiso jugar con ellas, pero resultó un poco lioso.
Éufrates, esta lana no es para jugar
Ya verás qué bufanda te voy a hacer!
¿Bufanda? ¿Que será eso?, se extrañó Éufrates.
Aquella tarde ya no salieron juntos al jardín. Y tampoco jugaron a mirarse al espejo entes de cenar.
Doña Margarita se sentó y se puso a tejer,y a tejer...
Poco a poco,Éufrates vio cómo las bolas de colorines se hacían cada vez más pequeñas, y la labor de Margarita cada vez más larga.
Éufrates estaba muy aburrido.
Doña Margarita ya no jugaba con el, ni le peinaba, ni le acompañaba al jardín,ni le decía “gatito bonito”.
Éufrates probó a arañar una cortina para ver si doña Margarita se fijaba en él, pero no hacia nada...
Ella estaba tan ocupada tejiendo, y tejiendo, que no le hacía ni caso.
Un día, doña Margarita por fin dejó de tejer y llamó a Éufrates.
¡Gatito! Mira que bufanda,¿te gusta?
¡Huy,como pica!
¡Huy, huy, no me gusta nada!
¡Huy, huy,huy, quítame estoooo!
Te voy a hacer también un abrigo, y un cojín nuevo, y unos calcetines.
¡Ah!, y un pijamita de invierno,y...

Éufrates dió un bufido y salió al jardín. Doña Margarita ya no jugaba con él y, encima,
¡la horrible bufanda le hacia tropezar todo el rato!
¿Y si hiciera un hoyo para esconderla?
Éufrates empezó a escarbar...
y se encontró una misteriosa caja enterrada...
¡Miauuu, marramiauuu! Llamó a doña margarita.
¡El equipo de bruja de mi abuela Maruja! Exclamó ella al abrir la caja.
Tantos años buscándolo,¡y estaba escondido en el jardín!
En la caja había un traje de lunares, unas medias a rayas, unos zapatos con hebillas, un sombrero de cucurucho ¡y hasta una escoba voladora!
Éufrates, gatito bonito! ¡Ya verás qué bien, nos lo vamos a pasar jugando a las brujas!
Éufrates se puso contentísimo y salió al jardín a contárselo a la luna:-¿Sabes, luna? ¡Doña Margarita se ha olvidado por fin de las dichosas lanas esas!
Ahora jugaremos a brujas, y aprenderé a volar en escoba.
¡Pero lo mejor de todo es que nunca, nunca, nunca más tendré que llevar bufanda!


                                            FIN


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